Quizá ha llegado el momento de recapacitar y de reconocer que el aborto ha llegado a España por nuestra culpa, porque es sólo un paso más en el camino marcado por nuestro modo de pensar y de actuar.Sí, porque es incomprensible que un matrimonio joven, bien situado y con recursos, decida aplazar el nacimiento de sus hijos por pura comodidad hogareña, por alcanzar un proyecto profesional soñado o porque todavía tienen que conocerse un poco más.
Porque resulta incomprensible que un matrimonio que se considera pro-vida decida, tras el nacimiento de uno o dos hijos y sin haber causa grave alguna, no tener más descendencia para que la comodidad económica y familiar no les abandone del todo.
Porque el aborto es sólo un paso más en esta sociedad hedonista impregnada de egoísmo. Un camino que siguen muchas mujeres que no han tenido la oportunidad de formar una familia estable y unida, que no cuentan con la complicidad de su pareja para evitar el embarazo y que se quedan solas ante un futuro incierto.
