El partido demócrata, en tiempos defensor de la esclavitud y que hoy lidera Obama, ha superado el racismo y se presenta actualmente como el más pacifista, ecologista y antirracista. Pero, eso sí, ha adoptado una postura abortista hacia los embarazos de los pobres, así como a los bebés nonatos y a una sexualidad responsable en el amor. Por ello parece que tendrán que pasar otros cien años y alguna que otra calamidad más para que la sociedad actual se dé cuenta de las atrocidades y torturas cometidas por el abortismo, de la misma manera que ya lo hace sobre el racismo.
En cuanto a las alabanzas de Zapatero a Obama y al pacifismo internacional suenan a hipocresía, pues chocan de frente con el aumento de la venta de armas a países en guerra o en conflicto por parte de España, no sólo a Israel, sino en mucho mayor grado a Irán o a los terroristas de Hamás. Entre tanto, padecemos una nada despreciable crisis económica, que Zapatero había negado rotundamente y que empezó ya antes de la crisis de EEUU. Muchos inmigrantes han tenido que regresar y otros muchos no encuentran trabajo. Los que sí tienen «trabajo» son, entre otros, los abortistas y ETA, que en medio de la crisis, reciben subvenciones generosas por parte del Estado y se tolera su influencia en instituciones y ayuntamientos.
Por su parte, Obama, nada más salir elegido presidente, se ha apresurado a levantar las prohibiciones que Bush estableció a la financiación pública del aborto dentro y fuera de EEUU; una de las cosas que Bush sí que hizo muy bien, en contraste con la lamentable guerra de Irak.
Un buen ejemplo positivo en este sentido ha sido el del socialista y presidente de Uruguay Tabaré Vázquez, que no se ha dejado agasajar por las presiones de las multinacionales abortistas tales como la IPPF, que al parecer desean acabar con la pobreza acabando con los pobres. Ojalá sea él un ejemplo para todos, aunque su digna postura le ha costado tener que irse de su partido.