Guillermo Alfonso Sánchez Andrés lidera la industria del aborto en España, pero es un hombre invisible. Su decisión de manejar los hilos desde la oscuridad es respetada incluso por nuestros legisladores, que le convocaron en el Congreso para recibir su consejo sobre la nueva ley del aborto aceptando que entrara y que saliera sin que nadie pudiera captar su imagen.
Por medio de Sergio Muñoz, Sánchez accede al grupo El Bosque e, indirectamente, a Isadora y D’Ara En su intervención ante la subcomisión de Igualdad el 18 de noviembre, despreció el estrés postraumático que sufren muchas mujeres (síndrome post aborto) y afirmó: “Para la mayor parte de las mujeres que ha tenido un aborto, el procedimiento significó una experiencia de maduración, una forma eficaz de hacerle frente a una situación de crisis personal. De hecho, la respuesta emocional más notoria de la mayoría de las mujeres, y nuestra experiencia también es así en los seguimientos que se hacen en los centros de planning, en el primer trimestre de embarazo es la sensación de alivio”. Como ideal político, se refirió a que “ya en Cataluña, en 1936, se promulgó la Ley Eugenésica del Aborto, de Federica Montseny, reconociendo el derecho de la mujer a decidir”.