"Una voz se oye en Ramá -llanto y lamento grandes-; es Raquel que llora por sus hijos sin querer consolarse porque ya no existen".
Hace poco más de 2.000 años que se cumplió esta profecía, cuando el rey Herodes, para deshacerse del Niño Dios, mandó matar a todos los menores de dos años de Belén y su comarca. Actualmente, en nombre del progreso,y sobre todo a favor de la economía de terceros, se practican miles y miles de abortos, sin contar los embriones que se generan y destruyen en la fecundación in vitro ni con la clonación, amparada por la aprobación de la ley de investigación biomédica, la cual permite experimentos con embriones humanos, como si fueran cosas, y la aberrante clonación artificial de embriones mitad hombres y mitad animales. ¿Y a esto le llaman progreso?
¿Qué tipo de sociedad les estamos preparando a las nuevas generaciones? ¿No hay otras alternativas al aborto, como por ejemplo el apoyo a las madres y a las familias con dificultades?