La Unión Europea respaldó el pasado 11 de diciembre la propuesta francesa de que Irlanda celebre un segundo referéndum antes de noviembre de 2009 para desbloquear el Tratado de Lisboa.
A cambio, la UE se comprometió a que el nuevo tratado respetará la prohibición del aborto en Irlanda y no se inmiscuirá en la legislación irlandesa sobre familia y educación. También se respetará la neutralidad de Irlanda y su sistema de bajos impuestos a las empresas.
Por esos motivos, Irlanda rechazó por referéndum el Tratado de Lisboa el 12 de junio de este año, con lo que bloqueó la reforma de la Unión Europea (UE).
La UE reconoce el aborto como un “derecho”, enmarcado en la llamada “salud reproductiva”, pero ahora urgida por llegar a acuerdos económicos, la UE reconocería que la prohibición absoluta de abortar contenida en las legislaciones de Irlanda y Malta, es compatible con el acerbo comunitario y los fundamentos jurídicos de la Unión. Así, una vez que entre en vigor el nuevo tratado, cada vez que se argumente que el aborto es un “derecho” la UE deberá tener en cuenta la peculiar legislación de Irlanda.