En el debate del aborto no sólo hay que considerar el conflicto personal, social, laboral, psicológico, familiar, etc. que un embarazo no deseado produce en la mujer, sino también el nuevo ser humano en gestación, que suele ser el gran olvidado o despreciado. Un ser humano concebido que tiene derecho a tutela y protección. Por consiguiente, la "comisión de expertos" debe velar para que nuestra sociedad sea capaz de proporcionar medios y caminos que protejan tanto a la madre como al niño. El derecho a la vida del niño gestante es un derecho fundamental y de primer orden que es preciso tutelar. No resulta ético eliminar una nueva vida con el aborto como medio anticonceptivo para solucionar un problema que puede encontrar solución por otros caminos respetuosos con la vida. Por ejemplo, donándolo en adopción.
Eliminar o contribuir a eliminar un ser en el útero materno, en el principio de la vida, con leyes permisivas, no es más que un síntoma de violencia, de embrutecimiento de la sociedad y de decadencia de una nación. Desde que se despenalizó el aborto en España, hasta ahora, se han destruido más de un millón doscientas mil vidas. ¿Es esto progreso?