“Yo no puedo ni comenzar a decirles cuán profundamente en mi alma yo entendía que había perjudicado a otras personas”, le dijo Anthony Caruso, un endocrinólogo en el área de la reproducción humana, a Noticias EWTN (Eternal Word Television Network/ Red Global Católica), en un artículo publicado el pasado 9 de junio.
Caruso, un católico, dice que, en un solo día, él renunció a su empleo y acudió al sacramento de la confesión. “Cuando yo me di cuenta de lo que estaba haciendo, yo estaba “totalmente horrorizado”, él le dijo a Noticias EWTN. “Yo estaba tan alterado de que yo había llevado a tantas parejas por el camino equivocado”.
El perito en fertilidad dijo que, inicialmente, se sintió motivado a adentrarse en este campo para así poder traerle felicidad a una pareja casada infértil – pero desde entonces se ha dado cuenta que el procedimiento no concuerda con el ideal de auto sacrificio que es parte del matrimonio. “(Lo otro) se trata de….una idea de que uno puede tener lo que uno quiera, donde uno quiera, cuando uno quiera”.
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