“Y estamos más que cansados de la dictadura de poca monta de organismos no-gubernamentales no elegidos que nos dicen qué es lo que tenemos que hacer”.
En cuanto a la legalización [del aborto], Uí Bhriain dijo que no hace nada más que “autorizar el uso de la violencia para resolver problemas sociales. Es una solución cobarde, perezoso y regresiva – y ha sido rechazada por el pueblo irlandés en tres referendos diferentes”.
Los grupos pro-vida han corregido a Gilmore y a otros defensores del aborto, diciendo que a pesar de la forma que se interpreta en algunos sectores la sentencia del Tribunal Europeo de Derechos Humanos, no hay tal cosa como un “derecho constitucional” al aborto en Irlanda. Ellos dijeron que sigue siendo un acto criminal.
El principal grupo pro-vida en Irlanda, el Youth Defence [Defensa de la Juventud], ha dicho que es extraño, dada la grave situación económica del país, que el Consejo de Europa y el Tribunal Europeo parecían estar “obsesionados con el aborto y con las leyes pro-vida de Irlanda en particular”.
La abogada pro-vida y ex miembro del Parlamento Europeo, Dana Rosemary Scallon, emitió un comunicado diciendo que el Consejo de Europa debe mantenerse fuera de los asuntos de Irlanda.
“El trabajo del Consejo de Comisionados Europeos no es actuar como turistas que van por Europa promoviendo el aborto”.
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