La mujer de Santander acusada del asesinato del feto del que estaba embarazada cuando se encontraba fuera de plazo para abortar pensaba que el bebé había nacido sin vida. J. J. F. R. se enfrenta a una petición de 18 años de prisión. El fiscal considera que tras dar a luz en su casa cometió asesinato al abandonar el feto, ya con forma humana, en un contenedor.
«El feto nació vivo y respiró fuera del claustro materno», aseveró ayer la fiscal, quien incide en que, al nacer, es la acusada «quien le priva de la vida», al no permitir que «un ser totalmente indefenso» recibiera la ayuda que necesitaba, con lo que «se aseguró de que esa persona no viviera».
La acusada sostiene que sufrió un aborto cuando iba a orinar sobre un cubo instalado en su habitación, tras lo cual, se desmayó. Al despertar, pensó que el feto había nacido muerto, pues no notó que respirara. Su intención inicial, según dijo, era llevarlo al hospital, pero durante el camino lo dejó en un contenedor.
