Un cuarto de los abortos provocados con misoprostol fracasan y requieren atención médica en un ambiente hospitalario, afirmó DeCook, y tras siete semanas, aumentan drásticamente los riesgos que atentan contra la vida de la madre. «Quizás puedan exhibir una disminución del número de muertes maternas porque reducirán el número de partos mediante el aborto», sostuvo DeCook, «pero no tendrán idea de cuántas mujeres morirán a raíz de ello».
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