La noticia del esfuerzo para salvar una vida se producía el mismo día en que los medios de comunicación se hacían eco de otra información sobre la vida, pero desde otro ángulo, la vida que se interrumpe, que se quita a nada menos que a 3.200 fetos humanos cada día en Europa, nada menos que 1.168.000 vidas que se eliminan) cada año. Y como Europa, con la España de Bibiana Aído a la cabeza, es tan progre, cada vez la legislación los facilita más.
Si hablamos de luchar por la vida como objetivo supremo, el problema ético (no religioso) fundamental de nuestra sociedad, como dice el prestigioso filósofo José Antonio Marina, es el aborto. «Todo ser humano está dotado de dignidad, incluido el feto… No me explico que se festeje la ampliación del derecho al aborto… Hemos fracasado en construir una sociedad donde no sea necesario… El gran derecho de la mujer es no tener que pensar en abortar. ¿Qué estamos dispuestos a hacer para conseguirlo?». La defensa de la vida es el máximo reconocimiento de la dignidad humana. Se hizo todo por salvar a Tanya. No se hace todo para apoyar ese gran derecho de la mujer, no tener que pensar en abortar.