La Real Academia de Obstetricia de Inglaterra ha informado que las probabilidades de problemas psiquiátricos graves y permanentes después de un aborto pueden alcanzar hasta el 59% de las madres.
Las secuelas psicológicas del aborto afectan a la mujer principalmente, pero, también a su pareja, entre ellas: Llanto y suspiros frecuentes, insomnio, pérdida de apetito, pérdida de peso, agotamiento, tragar constantemente, nerviosismo, disminución de la capacidad de trabajo, vómitos, trastornos gastrointestinales, frigidez, sentimientos de culpabilidad, impulsos suicidas y suicidios consumados (34.7 suicidios por cada 100,000 abortos provocados contra 18.1 suicidios para el aborto natural), sensación de pérdida, insatisfacción, sentimientos de luto, pesar y remordimiento, retraimiento social, pérdida de confianza en la capacidad de toma de decisiones, disminución de la autoestima, preocupación por la muerte, hostilidad, conducta autodestructiva, ira/ rabia, desesperación, desvalimiento, impulso a recordar la fecha del aborto, preocupación con la fecha en que "debería" haber nacido el niño o la niña y pensamientos de ruptura con la pareja, así como mayor uso de los servicios psiquiátricos.
Muchos hombres abandonan a la mujer luego de un año del aborto, quizás porque se han sentido "expulsados" del vientre materno. El lector no se puede imaginar cuantas parejas al reunir sus hijos en una festividad familiar, piensan en sus más íntimos recónditos: "si no hubiéramos abortado dos veces, ahora en vez de tres hijos, tuviéramos cinco hijos a nuestro alrededor". Sin atreverse a decírselo a su pareja.