Fernando Savater y el aborto. Las Provincias

Yo he sufrido el dolor del aborto en mis propias carnes, cuando mi mujer, embarazada de trillizos, sufrió un aborto no deseado en la semana 26. Le puedo asegurar que, para mí, lo que mi mujer parió muerto de su cuerpo no eran animales ni seres de otra especie. Lo que parió eran mis hijos que hoy no están conmigo. Creo, sinceramente, que es engañar a la sociedad decir que los contrarios al aborto quieren hacer del pecado -algo religioso- una norma para la sociedad. Para los católicos será pecado, pero no para mí ni para mucha gente, incluso católica, pues el pecado es un atributo que se le da desde una perspectiva religiosa. Para mí, es simple y llanamente una opción contraria a la ética universal.