Porque es Kennedy, mujer, católica y demócrata la Administración Obama la puso en el tablero en donde se juegan las partidas de ajedrez más complejas, delicadas y difíciles de la diplomacia mundial: el Vaticano. De cara al interior, o sea, el voto católico y el catódico, la operación sería de diseño. Y en clave de glamour, no cabe duda de que los Estados Unidos situaban una pieza en la Europa esquiva que daría buenos réditos al capital espiritual norteamericano.
No contaban con Bertone, Tarcisio, el cardenal gigante puesto por el Papa alemán en la Secretaría de Estado para controlar estas cosas, como que lleguen al corazón del poder espiritual mundial, que no otra cosa es la Santa Sede, personas como Carolina Kennedy, que se ha significado en la defensa del aborto y la manipulación de las células madres.
Pocas bromas acepta el Vaticano con el aborto y las células madres.