"El aborto legalizado -escribe- es una enorme comodidad para la mayoría", a la que se le ofrece la libertad sexual como uno de los sustitutivos consumistas de la verdadera libertad: la que proporciona la racionalidad crítica. Por eso, al igual que Norberto Bobbio, Pasolini desplaza el problema del aborto a su origen: "No se puede hablar políticamente del aborto sin considerar políticamente el coito".
Al poder del consumo le viene bien la frase de Sade que Pasolini tantas veces citó: "Las cabezas ocupadas en libertinajes no maquinan revoluciones". Y ya "no le interesa una pareja creadora de prole (proletaria), sino una pareja consumidora". Concluyendo: "¿Se puede tranquilamente pasar por encima de un caso de conciencia personal con relación a la decisión de hacer venir o no al mundo a alguien que quiere decididamente venir?". Contesten ustedes, como Pasolini pide y la gravedad de la cuestión exige, en conciencia.