Por decreto, el presidente abolió recientemente la prohibición introducida por la administración Reagan de que se financiaran abortos en el extranjero con dinero público. El presidente quiere llevar ya al Congreso la llamada Freedom of Choice Act, que contempla los siguientes puntos: fin de la notificación paterna; sostenimiento fiscal del aborto; autorización para la práctica de abortos en hospitales militares; fin de los períodos de espera previos al aborto; revocación de las leyes que prevén la información previa al aborto; denegación del derecho de los médicos a la objeción de conciencia por motivos religiosos; obligación de que los hospitales de filiación religiosa perpetren abortos; revocación de las regulaciones de sanidad de los abortorios; revocación de las leyes que impiden el aborto sobre niños viables; legalización del aborto por nacimiento parcial.
Como se ve, no solo las víctimas del aborto se van a ver pisoteadas en sus derechos elementales, sino el resto de los que se oponen a él.