¿Cuándo comienza la vida humana?. La Verdad

Es curioso señalar que este mismo pensamiento, que defiende que el nasciturus carece de derecho alguno, no tiene reparo lógico alguno para admitir que las futuras generaciones son titulares de derechos efectivos sobre o en contra de nosotros los actuales vivientes, en materias tales como la conservación del medio ambiente o el equilibrio sostenible. Lo cual resulta una contradicción insostenible: ¿Cómo sería que las generaciones humanas ni siquiera concebidas pudieran ser titulares de derechos actuales mientras que el ya concebido pero todavía no nacido carecería de derecho alguno?
Hay algo que intuitivamente se nos impone sin necesidad de mayor argumentación y es que el aborto es una situación que afecta directamente a algo o alguien más que a la mujer que lo sufre. Todos intuimos que el feto que se destruye en un aborto tiene algo que ver con la vida humana, que no es lo mismo amputarse una oreja que amputarse un feto. Y que, precisamente por ello, la regulación del aborto debe tomar en consideración la existencia del feto como factor limitativo de la voluntad absoluta de la mujer.
¿Está usted insinuando que el feto es una persona humana y que, por tanto, el aborto es un asesinato? ¿Defiende usted, como la doctrina católica oficial, que existe vida humana desde el momento mismo de la fecundación del óvulo? Pues no, ni mucho menos. Lo que afirmo es sólo que el feto tiene que ver con la vida humana y que este particular tener que ver debe ser examinado con cuidado cuando se discute sobre la regulación del aborto.
Verán, y por decirlo directamente, es un error plantear la cuestión como un dilema binario, el de si el feto es o no persona. Porque así planteada, la cuestión lleva indefectiblemente a respuestas arbitrarias y apriorísticas. Unos dicen que lo es ya desde la concepción, otros desde que es viable, otros desde que puede vivir independientemente, otros sólo desde que nace. Todos tienen una respuesta tajante para una cuestión que sin embargo, y éste es el meollo del asunto, es imposible de contestar. Esto es lo que afirmo: que no existe forma de responder a la pregunta de cuándo exactamente, en qué concreto momento, comienza a existir la vida humana. Porque es una pregunta falaz en su mismo planteamiento. Y que la religión, la ciencia, o la medicina, cuando ponen aquí o allí, en algún concreto momento, ese comienzo de la vida humana, están siendo arbitrarias en grado sumo.