El aborto no es un derecho es un colosal y trágico fracaso, es la muerte cruel y violenta de un ser humano, un drama desgarrador para la mujer que lo sufre, un fracaso colectivo de la sociedad y un negocio multimillonario en aquello que constituye un verdadero holocausto silencioso. Sin embargo todos sabemos que no existe el derecho a matar, existe el derecho a vivir. En España, desde 1985 -fecha en que se despenalizó el aborto para algunos supuestos- han muerto más de un millón y medio de niños antes de nacer.
En el último año más de 110.000 bebes han sido abortados. Ahora, en España se plantea la posibilidad de que se modifique la legislación sobre el aborto despenalizándolo por completo, convirtiéndolo en un método y brutal de control de la natalidad, una legislación que, de ser aprobada, incrementará el número de abortos.
Con esta nueva ley morirán al año más de 250.000 bebés inocentes. Si las leyes no pueden defender a los más inocentes de su propio país entonces a quién van a defender. Esta tragedia, que es el aborto, se debe terminar por completo porque no podemos permanecer impasibles ante el sufrimiento de otros.