Según fuentes del Ministerio de Sanidad, la barrera de los 100.000 abortos se superó en 2006. En concreto, se practicaron 101.592 abortos, una cifra muy superior a la de muertos en las carreteras durante el mismo año -3.015-, y un 10 por ciento más de abortos que en el año anterior. Además, ha aumentado el número de adolescentes que abortan: de 6.957 en 2005 a 13.894 en 2006, lo que supone un incremento de casi el 15 por ciento. En cuanto a los motivos, sorprende que en sólo 13 casos -el 0.01 por ciento- fuera la violación.
Mis reflexiones son las siguientes: en primer lugar, que el aborto constituye la primera causa de muerte en nuestro país, aunque no parece que reciba la misma atención que otras causas mucho menos frecuentes, como los accidentes de tráfico. En segundo lugar, que la violación, uno de los argumentos-estrella a favor de la ley de despenalización del aborto, no parece ser muy frecuente. Y, por último, el incremento tan importante de las adolescentes que abortan deja en entredicho el actual sistema de formación en salud reproductiva, que podría quedar resumido en «preservativos para todos», estrategia que crea una falsa idea de seguridad y genera un aumento de los contactos sexuales y de embarazos no deseados.