Se trata de Kermit Gosnell, un auténtico asesino en serie acusado de más de cien asesinatos desde el punto de vista legislativo, y a los que habría que sumar los miles que habría llevado a cabo mediante sus abortos en más de 30 años. De esto es acusado formalmente por la fiscalía: “los bebés nacieron viables y Gosnell los mató tras claverles las tijeras en sus médulas espinales. Él enseñó a su personal para que hicieran lo mismo”.
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