Los lores británicos abrazan los Artículos de San José

Algunos organismos de la ONU, organizaciones no gubernamentales y países ricos están llevando a cabo una campaña para intimidar y manipular a las naciones (desde Nicaragua hasta Kenia; desde Colombia hasta Irlanda) para que modifiquen sus leyes de aborto. En este sentido, citan tratados erróneamente y, lo que es más deplorable, utilizan dinero de asistencia a modo de extorsión. Se dice a los países en desarrollo que perderán la ayuda para los pobres si no cumplen. La protección de los no nacidos puede conducir a represalias y castigos. Suecia, por ejemplo, retiró toda asistencia económica a Nicaragua tras que ella no aprobó una ley liberal de aborto. Para justificar esta escandalosa intrusión, Suecia dijo que el aborto «es súper importante para nosotros».

Algunos países, sin duda, están sucumbiendo ante estas intimidantes y espurias afirmaciones. El Tribunal Supremo de Colombia modificó las leyes de aborto de la nación basándose en falsas nociones.

Mientras que no existe un derecho internacional al aborto, el "derecho a la vida" está expuesto en el Artículo 3 de la Declaración Universal de los Derechos Humanos, que tuvieron su génesis en los horrores de la Segunda Guerra Mundial. Los Artículos de San José reafirman los admirables impulsos que dieron origen a la Declaración de 1948 y reconocen que el mayor de todos los derechos es el derecho a la vida.
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