Santo cielo: véase la disparidad en las tasas de aborto entre parejas cohabitantes y casadas

Las familias estables edificadas sobre los matrimonios comprometidos y de toda una vida, entre un hombre y una mujer, son, por mucho, la mejor manera de proteger la vida. Y no es difícil entender porqué es así. Es más probable que una mujer lleve a término su embarazo cuando sabe que ella contará con un esposo que la ayudará en el cuidado y la crianza del niño. Y es menos probable que un hombre presione a una madre a abortar su hijo (aún cuando se trata de un embarazo no anticipado), cuando él se ha comprometido en pasar el resto de su vida con ella.

Sin embargo, en los casos de las relaciones menos estables, cuando surge un embarazo no anticipado, es más probable que el hombre y la mujer “quieran deshacerse del problema”, “por si acaso” la relación colapsa en el futuro.
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