«Para los médicos que los practican, este problema no existe. No hay especialistas que traten este trastorno y cada día acuden a nosotros más mujeres a las que se les presenta de repente, diez o veinte años después de haber interrumpido su embarazo», asegura Puente. Según el presidente de Acai, Santiago Barambio, «el trastorno que se crea es el resultado de un mal acompañamiento» y aunque afirma que los estudios no dan con esta patología, confirma que en la nueva norma no se incluye el apoyo psicológico: «Antes, con la ley anterior, todas las mujeres tenían contacto con un psiquiatra ya que éstos debían determinar si la gestación era un riesgo para su salud o no. Hoy no tenemos por qué preguntar los motivos de su decisión y por eso no se descubren algunos trastornos psicológicos», añade Barambio.
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