Y-PEER –el programa del Fondo de Población de la ONU para la juventud– publicó una declaración que exige la puesta en marcha de los «derechos» y de la salud sexual y reproductiva a través de leyes, políticas y programas en todos los niveles de gobierno.
«Imaginamos un mundo donde la salud y los derechos sexuales y reproductivos de la juventud se hagan plenamente realidad y en el que los jóvenes puedan experimentar y celebrar su sexualidad», afirma la declaración.
Esta subraya particularmente el «derecho a elegir» y solicita a los gobiernos que desarrollen un sistema jurídico en el que la gente joven tenga acceso universal al aborto seguro y a la educación sexual integral.
La declaración también agrupa a los homosexuales, a las prostitutas y a quienes se inyectan drogas junto con los jóvenes discapacitados y otros que se encuentran en situación de crisis, y exige la despenalización de tales comportamientos como una forma de atender las necesidades de estos grupos.
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