Hay mujeres que interrumpen la gestación por problemas económicos, pues les perturba la idea de no poder mantener a su pequeño cuando nazca. Gabriela Oropeza, tiene 25 años y confiesa que a los 16 años inició su actividad sexual con un noviecito del colegio. "Sabía de la existencia de las pastillas anticonceptivas, pero nunca las tomé. En una de las tantas veces que anduve con mi novio, quedé embarazada. Me di cuenta porque al mes el periodo no me vino y asustada fui con él a hacerme la prueba de sangre y resultó positiva. Pensé tantas cosas, me dio una crisis porque una de las situaciones que me vino a la mente fue la reacción que iban a tener mis padres al conocer la noticia. La decepción que les iba a ocasionar, sobre todo porque habían depositado en mí absoluta confianza, me tenía atormentada. Mi novio en ese entonces, también estaba en crisis y los dos hablamos y a través de un amigo de él, contactamos a una clínica clandestina".
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