Cuando media humanidad debatía sobre la conveniencia de legalizar la clonación y destruir embriones para utilizar sus células madre, Shinya Yamanaka demostró que insertando cuatro genes podía transformar una célula de la piel en una que se comportara como si fuera embrionaria. Ese nuevo tipo celular, que llamó iPS, era el punto de partida para generar en el laboratorio neuronas, células musculares, cardiacas... para reparar cualquier órgano dañado y tratar enfermedades incurables. Fue un avance revolucionario que le ha merecido el Premio Fronteras del Conocimiento de la Fundación BBVA. El galardón lo recibe hoy en Madrid.
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