El juez que instruye el caso de la abortista Clínica Isadora ha hecho públicas las diligencias previas de la causa, unas diligencias que están profundamente marcadas por ideología pro aborto y contraria a la vida, y que ataca duramente la labor de la Guardia Civil en el proceso.
El caso es sabido: en marzo de 2007 se destaparon las numerosas irregularidades que la clínica abortista Isadora de Madrid estaba llevando a cabo. Restos de más de cien fetos –algunos probablemente de más de 22 semanas-, trozos biológicos de aspiraciones, deshechos clínicos, datos de las madres con teléfonos y nombre completos: todo tirado en la basura al alcance de cualquiera. Ahora el magistrado que instruye el caso saca a la luz el polémico auto previo a la instrucción.
Ramiro García de Dios Ferreiro, el magistrado autor del auto, afirma cosas tan gruesas como que “la esfera del derecho a la intimidad fue arrasada o devastada hasta el punto que algo tan íntimo como el derecho a la interrupción del embarazo”. Sorprende que el juez al que se le presupone un profundo conocimiento de la legislación española tilde de ‘derecho’ algo que está penado en España.