- Las estadísticas revelan que, desde su comercialización, el incremento en ventas de la PDD ha conllevado un aumento paralelo del número de abortos.
- La solución a los embarazos de adolescentes y jóvenes no está en el «después» sino en el «antes», es decir en una educación afectivo-sexual bajo la guía de los padres y teniendo en cuenta la totalidad de la persona.
- La medida gubernamental obedece a motivos políticos e ideológicos, no de carácter sanitario.
En opinión de Marta Pérez Arteaga, la dispensación de la PDD en estas condiciones implica una grave responsabilidad para el farmacéutico. "Al no haber receta médica, afirma, el titular de la farmacia es el único profesional que interviene, sin que pueda conocer la historia clínica de la usuaria y sin saber cuantas veces la ha ingerido con anterioridad; veremos a quién piden cuentas los padres cuando se produzca cualquier complicación tras tomar la PDD. Por eso consideramos que esta medida es una agresión para el ejercicio libre y responsable de la profesión".