En 1920, la recién nacida Rusia comunista se convirtió en el primer país del mundo que legalizó el aborto. El récord del período soviético corresponde al año 1963, en el que se realizaron 5,5 millones de abortos legales. Hoy en día, Rusia ocupa en Europa el segundo puesto en número de abortos, por detrás de Rumanía. En los últimos cinco años descendieron en un 21% y en el 2007, por primera vez, los nacimientos superaron en 25.000 el número de abortos, que fue de 1,5 millones.
El decrecimiento natural de la población en Rusia es de 750.000 a 800.000 personas al año. Los expertos temen que hacia el año 2050 la población del país no exceda los 100 millones. Pese a que Moscú sigue siendo la meca del aborto para mujeres de países cercanos con leyes restrictivas, como Polonia, la caída demográfica ha hecho saltar las alarmas.
Los motivos
El Gobierno ruso promueve ayudas a los padres por cada niño nacido y ya establece restricciones legales para abortar a partir de la 12ª semana. La sanidad pública ha reducido a solo dos la lista de motivos no sanitarios que una mujer puede esgrimir para abortar: incesto o violación. Antes, la mujer podía abortar entre la 12ª y la 22ª semana, alegando una docena de circunstancias, entre ellas el divorcio, la pobreza o una enfermedad.