Penosa disciplina - Opinion_Colaboraciones - Opinion - abcdesevilla.es

No se puede servir a dos señores a la vez. Salvo en política, donde se le sirve a quien haga falta, si peligran los garbanzos o están en juego otros intereses cercanos. De todo hemos conocido en esos plenos, desde aquel concejal de derecha que propuso que se le concediera la medalla de oro a la Virgen patrona, y ante el sí de casi todos, otro concejal, un cachondo de izquierda, se opuso y lo miraron para matarlo, pero les hizo una jugada a los de derecha y propuso ampliar el medalleo a las otras tres Vírgenes de la tribu, lo que dejó en cueros vivos a los que lo miraron y le hizo exclamar al concejal de la propuesta primera una barbaridad que tenemos que considerar chiste para no llevarnos las manos a la cabeza: «¿A las otras tres? ¿Vas a comparar tú a la patrona con las otras?»
Pues desde este caso, a cien más, y casi todos por el mismo estilo. He conocido a concejales que fueron en una lista con la sola idea de acabar con un símbolo, aunque ello significara ponerse frente a su credo. Algo así le está pasando al alcalde de Sevilla, que el hombre anda entre sus ideas más íntimas y lo que dice su partido sobre el aborto en niñas de dieciséis años. Aquí es donde hay que ver la firmeza de los hombres, y donde vemos, por lo común, las debilidades de los políticos cuando median disciplinas de partido o conveniencias ante el pueblo.