El manifiesto «S.O.S. quiero vivir» surgió en la universidad catalana y está apoyado por cerca de 200 firmas, a las que se han ido incorporando personalidades de toda España, sobre todo integrantes de academias científicas y de la de Ciencias Morales y Políticas. Entre ellas figuran los asturianos Sabino Fernández Campo, Aurelio Menéndez y Juan Velarde Fuertes. Están además, entre otros, Emiliano de Aguirre Enríquez (Ciencias Exactas), César Nombela (Farmacia), José María Gil-Vernet (Real Academia de Medicina y RAE), María Ángeles Calvo i Torras (Medicina, Farmacia y Veterinaria) y Helena Cambó Mallol (Academia de Bellas Artes de San Jordi).
Los que apoyan este escrito destacan que la aplicación de la ley todavía vigente «no sólo no ha reducido el número de abortos provocados, sino que los ha multiplicado enormemente». En España se producen unos 100.000 al año y en Cataluña casi 22.000, con un incremento del 8% respecto al año anterior. En su opinión, «el ser humano en gestación se encuentra en una situación de falta de garantías e indefensión», al quedar la interpretación y aplicación de la ley ajena a todo control y vigilancia jurisdiccional, en contra de las prescripciones del Tribunal Constitucional».
Añaden: «Queremos asegurar y reafirmar el derecho que todo ser humano tiene a ser respetado en su dignidad, desde la fecundación a la muerte natural en todos los estadios de su vida». Los firmantes hacen suyas las conclusiones de la ciencia, que «afirma que desde la fecundación existe un nuevo ser humano, vivo, original, irrepetible, distinto de la madre y, por tanto, con unos derechos que deben ser reconocidos, respetados y garantizados por el ordenamiento jurídico».