Aborto y violencia de género :: Gaceta.es

Se podrá aducir que la cosa no es tan grave, porque en este momento el aborto es ya de hecho practicable sin límites en España, gracias a la aplicación fraudulenta del supuesto de la salud psíquica de la madre. Bien lo saben algunas mujeres de toda Europa que han acudido a España cuando las legislaciones de sus respectivos países no autorizaban eliminar el feto poco antes de que llegara el momento de nacer. Lamentablemente, en nuestro país se perpetran habitualmente auténticos infanticidios, con la activa cooperación —algunos de ellos— de presuntos profesionales que han aparecido ante la opinión pública estos días para presentar la nueva regulación como benéfica y compasiva. Estamos ante una cínica exaltación de la violencia; y ante una población, como es en buena parte la española, que se ha acostumbrado a esconder la cabeza bajo el ala y a soportar los peores abusos de los poderosos.

La cultura de la muerte avanza con largos pasos en la triste España. Dejando aparte ahora el aprovechamiento político del terrorismo —que comienza a ser rectificado a raíz del resultado electoral en el País Vasco— y a veces el trato humillante a sus víctimas, lo que presenciamos un día tras otro sin apenas cambiar el gesto es el atropello de los más débiles por parte de los más fuertes. El tratamiento que recibe entre nosotros la prostitución, y las situaciones de algunos emigrantes crecientemente desprotegidos, nos hacen pensar que la esclavitud no es una lacra histórica que se haya superado totalmente. Y sigue siendo un escándalo que, mientras el paro desbocado lleva a muchos a hacer cola ante los comedores de caridad o sencillamente a pasar hambre, ciertos políticos y algunos altos financieros no se corten de exhibir sus lujos —automóviles, barcos, cacerías— ante espectadores atónitos.