La madre que acaba de dar a luz a octillizos, Nadya Suleman, no atraviesa su mejor momento. Desempleada y con problemas para mantener a sus 14 hijos, ahora debió esconderse en un lugar secreto por el escarnio público que sufre desde que se conoció que hizo un tratamiento de fertilización asistida para su último embarazo.
Además, según el diario Los Angeles Times, el hospital que atendió a Suleman quiere que el estado se haga cargo de la deuda del tratamiento, que podría ascender a cientos de miles de dólares, a través del programa estatal de asistencia médica a los pobres.
A pesar del escarnio, las donaciones siguen llegand o: ofrecen muebles, ropa, alimentos y hasta leche materna. "Ayer llamó una mujer para mandar ocho cunas nuevas", contó el vocero, y agregó que incluso un granjero de indiana le ofreció vivir con ellos a la familia entera. Nadya rechazó la oferta porque "prefiere la cálida California" al crudo invierno del interior del país.