El aborto acaba con nueve de cada 10 niños con síndrome de Down

Según Díez, en el 94,5% de los casos en que el diagnóstico prenatal indica la presencia de SD, el niño es abortado. De esta forma, “el diagnóstico deja de serlo, para convertirse en una práctica eugenésica, de eliminación de los niños con taras más o menos graves. Al médico no se le deja en libertad para ofrecer alternativas”, y por este motivo ha surgido la objeción de conciencia frente al diagnóstico prenatal que no tiene fines curativos.
Es el caso de un ginecóloco de Algeciras, que ha llevado su caso de objeción a los tribunales, explicó José Antonio Díez.Isabel Torrecilla, empresaria y madre de seis hijos (el más pequeño con SD) y que recientemente ha adoptado con esta enfermedad, coincidió en que en estos casos el diagnóstico no tiene más efecto que el de provocar temores en los padres de un hijo diferente.
Hablando de su propio hijo con síndrome de Down, la doctora Sol Ortiz de Artiñano dice que “mi vida hoy es exactamente la misma que antes de nacer Jaime; totalmente normalizada a nivel familiar y personal. Ir descubriendo en la convivencia sus valores nos ha hecho mejores personas, más sensibles a los problemas de los demás, a apreciar lo que tenemos. Su presencia aporta una felicidad inmensa en nuestro entorno. Nuestra vida se ha enriquecido. Nos ha cambiado la escala de valores. Es un discapacitado intelectual, pero es un privilegiado a nivel emotivo. Tiene una gran capacidad de esfuerzo, disciplina, responsabilidad, exigencia y constancia. Es profundamente generoso, bueno, transparente, siempre está dispuesto a ayudar y da sin esperar nada a cambio. Todo le interesa, tiene mucha curiosidad y un gran sentido del humor. Es alegre y su capacidad de amar no tiene límites. Es feliz con lo que tiene. Y esa felicidad la transmite a su alrededor.
La sociedad no puede privarse de personas de tan alto nivel humano, donde prima la sencillez y la ausencia de su propio ego. No hay que confundir discapacidad con incapacidad. Habría que hablar de capacidades diferentes. Hay que integrarlos en la sociedad, pero todo comienza respetando su derecho a la vida”.