Familias de origen asiático emigradas a los EEUU han introducido el aborto selectivo de niñas, a pesar de que las consecuencias negativas que podría acarrearles una hija en sus países, no concurren en occidente.
Las feministas norteamericanas, cobardes, callan: ellas lucharon por la implantación del derecho de la madre sobre la vida de su hijo y ahora, "lo que fue presentado como medida liberatoria de las mujeres se ha convertido en un instrumento para matarlas".
La universalización del aborto selectivo ha provocado en China, la India o Corea trastornos poblacionales, un aumento alarmante de violaciones, emigraciones, tráfico de mujeres, drogadicción y alcoholismo entre los varones forzados a permanecer solteros por falta de mujeres disponibles.